domingo, 3 de agosto de 2008

Descubre quién es el malo y quién el bueno en Batman: El caballero de la noche

Uno de los símbolos más significativos pertenecientes a mi infancia y extraído de la fantasía de las caricaturas y los cómics fue BATMAN. Su relación con la oscuridad y el misticismo de la noche provocaba en mí una identificación desconocida por el personaje, además de su relación con “el murciélago”, animal emblema de su identidad.

Un aspecto interesante que posteriormente descubrí en este súper héroe era que, de todos los personajes con poderes especiales tales como Superman, Flash o Hulk, BATMAN tenía una cualidad que se acercaba más a la realidad, ya que, siendo un hombre ordinario sin una mega fuerza o sorprendente velocidad, tenía el objeto más codiciado de la humanidad: dinero. Su fuente de energía emanaba de su poder adquisitivo para crear artilugios como el batimóvil, la batinave y demás invenciones que utilizaba para combatir el crimen.

Así, BATMAN pasó del cómic a las series televisivas, caricaturas y más recientemente al cine. Si bien, las películas de este singular héroe dejan bastante que desear, no es asunto a tratar en este momento, sin embargo, existe algo muy interesante y raro pero que no es de extrañarse en el apenas estrenado film Batman: El caballero de la noche.

Con ya seis películas en su haber, Hollywood nos muestra en esta última producción un realismo digno de apreciarse, pero no me refiero al contenido violento y los cambios y apariencia que le dan al protagonista, ni mucho menos la gran actuación de “El guasón”, personificado por un joven actor que por cierto falleció recientemente (según dicen) por una sobredosis.

El realismo al que me refiero está relacionado a la forma en que Estados Unidos, y más específicamente la gente poderosa que gobierna el mundo, configuran las estructuras sociales de acuerdo a determinadas categorías, y así decidir quién es el bueno y quién el malo, quién debe vivir y quien debe morir, tal como sucede en esta historia. Para explicar esto numeraré algunos acontecimientos que aparecen en esta rara peli.

1.- ¿Dónde esta Wally? BATMAN no se enfrenta sólo a su Némesis “El guasón”, sino a varios grupos de mafiosos que traen de cabeza a Ciudad Gótica. Como buenos mafiosos, los líderes de cada grupo delictivo se reúnen para decidir qué hacer con el murciélago justiciero y ¡OH SORPRESA! Resulta que estas bandas, al menos sus líderes, pertenecen a varios razas y nacionalidades, excepto el hombre blanco estadounidense; es decir, son negros, rusos, italianos y asiáticos. ¿Dónde está el gringo blanco, o será que sólo los negros, latinos, asiáticos, musulmanes, etc, atentan contra la libertad de los Estados Unidos?

2.- “Hasta entre perros hay razas”…y también entre razas hay niveles. De los cuatro grupos de mafiosos los negros y los asiáticos se llevan la peor parte y ¿por qué lo digo? En primera, el negro es el primero en morir. Posteriormente, el asiático es humillado primero por BATMAN al ser arrastrado y llevado hasta las autoridades gringas y después por “El guasón” cuando le sorraja un paquete de billetes justo en el rostro. Por último, tanto el ruso como el italiano (obviamente de raza blanca, occidentales ambos) son tratados de una mejor forma y se entienden mejor con héroe y villano, éste último aunque loco es también de raza blanca.

3.- Más claro ni el agua. “El guasón” intenta hacer un experimento social al dividir a “escoria” presidiaria de civiles bien portados, manteniendo a cada cual en un barco distinto. El experimento consiste en decidir por ellos mismo quién vive y quién muere, o en su caso, morirse o salvarse ambos. Aunque el dilema ético que esta situación sugiere es interesante, lo es más la parte visual. Si se es un poquito observador, se puede denotar claramente que los papeles de presidiarios son interpretados en la gran mayoría por negros y latinos ¿Qué nos querrán decir con esto? No hay que ser mal pensados, posiblemente estas dos razas lleven en su sangre un talento nato para interpretar este tipo de personajes, “aja”.

4.- Insisto, entre razas también hay niveles. No sólo los negros y los latinos son utilizados para representar el papel de inadaptados sociales, también pueden aparecer como buenos ciudadanos (o lo que sea que signifique esta definición). Sin embargo, deben acatar cierta regla, la cual es: no trascender sobre un blanco norteamericano. “El Guasón” decide matar a tres personajes importantes de Ciudad Gótica para ayudar a la mafia, entre los que se encuentra una juez de origen latino, el comisionado que es afroamericano, y el gobernador de raza blanca, y adivinen quién muere y quién vive… La juez y el comisionado son asesinados, mientras que el gobernador logra sobrevivir. Y adivinen quién sustituye al comisionado negro, el jefe de la policía, que por cierto es blanco.

Lo anterior es sólo una pequeña muestra de esa gran cantidad de mensajes a los que estamos expuestos sin tener conciencia alguna de ello. Aunque tampoco se trata sólo de interpretar, sino de ver más allá de la superficie, de entender cómo se mueve el mundo para decidir si entramos en ese viaje o nos mantenemos al margen y nos ponemos a trabajar para que se mueva en otra dirección. Y no sólo sucede esto con el cine, sino con todos los medios de comunicación a los cuales les confiamos la información que manejamos día a día y que aceptamos como verosímil, siendo que como dice Umberto Eco “la verdad rara vez es verosímil, contrario a esto la ficción frecuentemente sí lo es”.

Destruyamos esta realidad y construyamos otra, y si no nos gusta pues hagamos otra hasta que estemos conformes o simplemente muramos.

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