miércoles, 11 de junio de 2008

La madeja

Convertí mis recuerdos en una pequeña madeja que fui pateando sobre el suelo sin sentido ni dirección, sólo arratrándola. Así pasó el tiempo, hasta que la madeja dejó de tener forma. La levanté, pero ésta se encontraba ya desgastada, sucia y sin figura alguna. La volvía a arrojar e intenté seguir pateándola, pero en lugar de eso la observé durante un largo rato. No entendía cómo algo tan desfigurado podía seguir llamando mi atención. Odié esa sensación y me odié a mí mismo; atraído por algo tan insignificante. Levanté el pie derecho y aplasté aquella madeja con todas mis fuerzas, lo hice tres veces consecutivas y después giré el talón de izquierda a derecha con toda la presión que mi ira podía alimentar. La madeja era ya sólo un ente asimétrico, imposible de reconocer. volví a dirigir la mirada hacia abajo al mismo tiempo que una lágrima se derramaba sobre mi rostro. El odio se había convertido en una profunda y serena tristeza; similar a cuando has perdido algo de tu vida que jamás recuperarás, quedándote con un montón de basura con la cual consolar tu rabía y tu dolor.

miércoles, 4 de junio de 2008

Despedida y bienvenida

Escribir, hasta el día de hoy, ha sido en mi vida un acto de hipocresía motivada por una efímera satisfacción que no merezco y no me siento a gusto con ella. Es demasiado el pudor o ingenua mi hipocresía. Retomaré el hábito de la escritura ya no como una forma expresiva de desahogo (burdo y vulgar), ahora será con una motivación distinta, carente de intereses particulares (principalmente sentimentales) y ajenos a la sensiblería que sinceramente no me va. El enfoque predestinado de este renovado hábito será el de contribuir a mi razonamiento, inconformidad con la vida materialista de la cual soy víctima, socio, culpable, promotor y victimario, además de que no será sólo en beneficio propio, sino que éste se extenderá hacia otros humanos, una tarea difícil que veré cómo me las ingeniaré para llevarlo a cabo.

Por el momento, básteme decir que comenzaré por darle un orden y un nuevo sentido a mi vida, entrar a una nueva etapa de maduración (no de adaptación). Se trata de una revolución interior basada en la creatividad y la disciplina donde el conocimiento me estremezca para ampliar mi visión lineal de la vida, no quiero acabar en el fracaso ya que eso significaría el fin de mi recorrido en esta pasarela existencial.